Una marca en mi espalda, rajando mi carne por la sal del ambiente
A una niña la mecían en brazos
A un niño le hablaban de sueños
A alguien le daban amor
y a otro le hablaban en verso
Tantas mujeres sufriendo de amor
Tantos hombres perdidos en el cielo
A quien le hablábamos cuando hacíamos nuestros cuentos
Nuestras historias de infancia
Que esperábamos ser
Que anhelábamos al crecer, al ver que nuestros pequeños piecitos
crecían
Que somos ahora
que seremos mañana
Y a quien vamos a perdonar
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