El alma de una poeta te hablaba de como la vida es una perra hasta que en las murallas te comías el corazón de un santo
"La vida es una perra"
Las poetisas hablan al desamor
yo le hablo al cielo explotando, que una manzana sangrienta chorree
en mis propias manos, maté al amor, en sus propias manos quedó su corazón
latiendo, palpitando, sonaba una mujer más, sonaban sus gemidos a la noche
y a otra persona le salen las lagrimas
y su cuerpo de algas se deshace en la espuma
ya no encuentro a Dios en sus acciones
y ahora qué?
se sentaba en una silla blanca de la habitación de paredes blancas su sombra oscura como el ser
lo acompañaba y cubría el escenario
Hasta que el día que mueras llegue
jamás sabra que pasó con tu propio ser
Estas condenado a vagar, en la eternidad de la desolación
llámalo al cielo, que mañana llegará
te hará el amor, y en silencio
comerá tu carne.
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