Todo eras tú

 


Ella escribía bonito
era una mujer excepcional
nadie la reconocía
pero era como un mar turquesa y brilloso

Toda mi vida brillaba como el reflejo de ese océano,
Todo mi amor rebosaba deseo y felicidad
Ella a veces componía poesía
y yo solo reía con mirarla

Y ese tacto precioso, al sentir su piel rebosante
al sentir sus suaves labios y lo tierno de su piel
me miraba a los ojos y en silencio, nos hundíamos
en ese lenguaje de cicatrices y de señales confusas

Ella era mi todo cuando respiraba y me hacía un camino 
ella era mi sexo, mi carne, mi Dios
al hablar de pasiones y al hablar de amor
era esa devoción insensata del creyente, y ese pecado primigenio del deseo

Ella fue un funeral
una pantalla en negro
y el final de una escena proyectada
que a kilómetros, en el mar, se desdibujaba.


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